León XIV: «La salvación no aparece por encanto, sino por un misterio de gracia y de fe»

El amor de Dios nos precede y nos hace libres para adherirnos a Él

León XIV: «La salvación no aparece por encanto, sino por un misterio de gracia y de fe»

El Papa visitó ayer la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma y rezó ante la tumba de San Pablo, el Apóstol de los Gentiles. El Pontífice predicó sobre la epístola a los Romanos, el texto del Nuevo Testamento clave para entender la relación entre gracia, fe y salvación.

(InfoCatólica) El Pontífice indicó que el mensaje de la «bellísima carta que san Pablo dirige a los cristianos de Roma... gira en torno a tres grandes temas: la gracia, la fe y la justicia». 

Encuentro con Cristo

El Papa recordó que solo quien se encuenta con Cristo y recibe su llamado puede servir a Dios:

«En primer lugar, san Pablo afirma haber recibido de Dios la gracia de la llamada (cf. Rm 1,5). Es decir, reconoce que su encuentro con Cristo y su ministerio están vinculados al amor con el que Dios lo ha precedido, llamándolo a una vida nueva mientras aún estaba lejos del Evangelio y perseguía a la Iglesia. San Agustín —también él un convertido— habla de la misma experiencia diciendo: «¿Qué vamos a elegir, a no ser que antes seamos elegidos nosotros? De hecho, no amamos si antes no somos amados» (Sermón 34,1.2)».

Y corresponde al hombre dar el sí a ese llamamiento de Dios:

«... Pablo, en el mismo versículo, habla también de «la obediencia de la fe» (Rm 1,5), y además en él comparte lo que ha vivido. El Señor, en efecto, apareciéndosele en el camino de Damasco (cf. Hch 9,1-30), no le quitó su libertad, sino que dio la posibilidad de decidir, de obedecer como fruto de un esfuerzo, de luchas interiores y exteriores, que él aceptó afrontar».

La salvación no es magia:

«La salvación no aparece por encanto, sino por un misterio de gracia y de fe, del amor de Dios que nos precede, y de la adhesión confiada y libre por parte del hombre (cf. 2 Tm 1,12»).

El Pontífice pidió ser dócil al Señor como lo fue el apóstol:

«Mientras agradecemos al Señor la llamada con la que transformó la vida de Saulo, le pedimos que también nosotros sepamos responder del mismo modo a sus invitaciones, haciéndonos testigos del amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado»

Dios nos ama

León XVI quiso recordar las palabras de Benedicto XVI en la Vigilia de oración que celebró con los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Madrid:

«Queridos amigos —decía—, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. […] En el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios», y la fe nos lleva a «abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios» (Homilía en la Vigilia de oración con los jóvenes, Madrid, 20 agosto 2011).

Y las puso como ejemplo de lo que debe ser su ministerio petrino:

«Aquí está la raíz, simple y única, de toda misión, incluso de la mía, como sucesor de Pedro y heredero del celo apostólico de Pablo. Que el Señor me conceda la gracia de responder fielmente a su llamada».


Visita al sepulcro de san Pablo

Homilía del Santo Padre León XIV

Basílica de San Pablo Extramuros
Martes, 20 de mayo de 2025

La lectura bíblica que hemos escuchado es el comienzo de la bellísima carta que san Pablo dirige a los cristianos de Roma, cuyo mensaje gira en torno a tres grandes temas: la gracia, la fe y la justicia. Mientras encomendamos el inicio de este nuevo pontificado a la intercesión del Apóstol de las gentes, reflexionemos juntos sobre su mensaje.

En primer lugar, san Pablo afirma haber recibido de Dios la gracia de la llamada (cf. Rm 1,5). Es decir, reconoce que su encuentro con Cristo y su ministerio están vinculados al amor con el que Dios lo ha precedido, llamándolo a una vida nueva mientras aún estaba lejos del Evangelio y perseguía a la Iglesia. San Agustín —también él un convertido— habla de la misma experiencia diciendo: «¿Qué vamos a elegir, a no ser que antes seamos elegidos nosotros? De hecho, no amamos si antes no somos amados» (Sermón 34,1.2). En la raíz de toda vocación está Dios, su misericordia, su bondad, generosa como la de una madre (cf. Is 66,12-14), que naturalmente, a través de su mismo cuerpo, nutre a su niño cuando todavía es incapaz de alimentarse por sí solo (cf. S. Agustín, Comentario al salmo 130,9).

Pero Pablo, en el mismo versículo, habla también de «la obediencia de la fe» (Rm 1,5), y además en él comparte lo que ha vivido. El Señor, en efecto, apareciéndosele en el camino de Damasco (cf. Hch 9,1-30), no le quitó su libertad, sino que dio la posibilidad de decidir, de obedecer como fruto de un esfuerzo, de luchas interiores y exteriores, que él aceptó afrontar. La salvación no aparece por encanto, sino por un misterio de gracia y de fe, del amor de Dios que nos precede, y de la adhesión confiada y libre por parte del hombre (cf. 2 Tm 1,12).

Mientras agradecemos al Señor la llamada con la que transformó la vida de Saulo, le pedimos que también nosotros sepamos responder del mismo modo a sus invitaciones, haciéndonos testigos del amor que «ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (Rm 5,5). Le pedimos que sepamos cultivar y difundir su caridad, haciéndonos prójimos los unos de los otros (cf. Francisco, Homilía de las II Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de san Pablo, 25 enero 2024), en la misma carrera de afectos que, desde el encuentro con Cristo, impulsó al antiguo perseguidor a hacerse «todo para todos» (1 Co 9,22), hasta el martirio. De ese modo, para nosotros como para él, en la debilidad de la carne se revela la potencia de la fe en Dios que justifica (cf. Rm 5,1-5).

Esta basílica desde hace siglos está encomendada al cuidado de una comunidad benedictina. ¿Cómo no recordar, entonces, hablando del amor como fuente y motor del anuncio del Evangelio, las insistentes exhortaciones de san Benito, en su regla, a la caridad fraterna en el cenobio y a la hospitalidad para con todos (cf. Regla, cap. LIII, LXIII)?

Quisiera concluir evocando las palabras que, más de mil años después, otro Benedicto, el Papa Benedicto XVI, dirigía a los jóvenes: «Queridos amigos —decía—, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. […] En el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios», y la fe nos lleva a «abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios» (Homilía en la Vigilia de oración con los jóvenes, Madrid, 20 agosto 2011).

Aquí está la raíz, simple y única, de toda misión, incluso de la mía, como sucesor de Pedro y heredero del celo apostólico de Pablo. Que el Señor me conceda la gracia de responder fielmente a su llamada.

7 comentarios

Manola
!!!BELLISIMA HOMILIA!!!!
21/05/25 11:58 AM
Giacomo Arlecchi
Delicadeza cristiana al mencionar a Francisco y profundidad teológica al mencionar a Benedicto XVI. Reconfortante mensaje: el amor que Dios nos tiene da sentido a toda nuestra existencia.
21/05/25 12:41 PM
Pedro de Madrid
El verdadero cristiano sabe que la salvación no aparece por encanto, sabe que nuestra salvación hay que pasar por la puerta estrecha y por esa puerta se pasa cumpliendo los Mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Madre Iglesia
21/05/25 12:42 PM
Maximiliano
Hay que conocer al enemigo infernal y a los enemigos humanos de CRISTO, y me estoy refiriendo al "mundo como enemigo del alma", todo ello para poder anticiparse y conocer a las fuerzas que están provocando que la Iglesia se balancee, y por tanto aplicar los correctivos para que “ con " inteligencia e información pueda razonadamente enfrentarse al mal “. Es evidente que ello no existe, y así los malos con sus tácticas económicas, publicidad, y planes logran muchas veces destruir la única verdad y los esfuerzos de la Iglesia. Seguir a CRISTO "es hacerlo con inteligencia" y saber dónde, cómo y cuándo actuar de una manera u otra. Descubrir a los seguidores del maligno y sus planes como descubrirlos en sus intentos para conseguir sus objetivos. Muchos laicos y religiosos caminan como burros detrás de la zanahoria, olvidando que el enemigo cambia sus tácticas y ataques, debiendo conocer el porqué. Hay que actuar sagazmente para evitar el engaño y el daño. Es tiempo de una evangelización bien informada y formada para actuar. ¡¡ El gran peligro actual es la falta de formación de los laicos para defender la FE, y muchos admiten acríticamente cualquier malvada información intencionada del enemigo, que intenta formar con la mentira “.
21/05/25 2:52 PM
Néstor
Se nota, para bien, la formación agustina del Papa. La gracia y la elección divinas preceden a todo esfuerzo nuestro. Que San Pablo y San Agustín oren por el Papa y por todos nosotros, ya que vivimos en una época dominada por el pelagianismo.

Saludos cordiales.
21/05/25 5:36 PM
Charo García
¡Que hermoso!. 🤗
Creo que Dios se desveló a la humanidad 🌎
a través de los Mandamientos de la Ley. ⚖️
{Éx 20, 1-17}
Para que cada individuo aprendiera {Lc 6, 40} a amar al prójimo como a uno mismo, 💕 {Mt 5, 17-48} por el Camino de la Verdad en la Vida, ✝️ {Jn 14, 6} con la gracia 🎁 del Espíritu Santo, 🔥💖 {Jn 16, 7} e Intercesión directa {Jn 19, 27} de la Santísima Virgen María. 🌹🙏🏼
Para Beneficio Humano. 🍇 {Stgo 2, 17}
En la Gloria Eterna de Dios. ✨ {Jn 14, 1-4}
21/05/25 6:31 PM
Simplicio
"Nos hace libres para adherirnos a Él" dice el titular.
"no le quitó su libertad, sino que dio la posibilidad de decidir, de obedecer como fruto de un esfuerzo, de luchas interiores y exteriores, que él aceptó afrontar." dice el Papa.
Porque la libertad no es hacer cualquier cosa, pecar. Eso sería libertinaje. La libertad es la capacidad que tenemos de escoger los medios para hacer el bien, buscar la verdad y servir a la justicia.
Por otra parte, el Papa habla de una comunidad benedictina que cuida tan sacrosanto lugar.
Pues hay otra comunidad benedictina en la Santa Cruz del Valle de los Caídos que espera su ayuda y comprensión para no desacralizar ese conjunto monumental único en el mundo.
Imagine que el Estado italiano, porque le peta, decide desacralizar San Pablo Extramuros y sacar de allí el cuerpo de San Pablo. (Sí, ya sé que San Pablo Extramuros pertenece al Estado Vaticano, por un Tratado de Letrán, pero un hombre, un voto, sufragio universal, y el Estado italiano decide hacerlo).
Pues algo así es lo que se está haciendo con un lugar sacrosanto como pocos, con más de 30.000 cuerpos, entre ellos 63 beatos y 49 siervos de Dios, dos de los cuales son agustinos, por cierto.
22/05/25 11:43 AM

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