(EWTN/InfoCatólica) Canadá registró en 2023 un total de más de 15.000 fallecimientos mediante el sistema de Ayuda Médica para Morir (MAID, por sus siglas en inglés), lo que representa el 4,7% de todos los fallecimientos en el país durante ese año. Esta práctica fue legalizada en 2016 para personas cuya muerte se consideraba razonablemente previsible, y en 2021 se amplió para incluir también a quienes no enfrentaban una muerte inminente.
Una nueva extensión del programa, que permitiría ofrecer la MAID a personas con enfermedades mentales, estaba prevista para 2024, pero se ha pospuesto hasta 2027 debido a la presión social y al intenso debate ético suscitado en el país.
En este contexto, han salido a la luz diversos informes que indican que a veteranos de guerra canadienses se les ha llegado a ofrecer el suicidio asistido como alternativa al solicitar apoyo por problemas de salud mental. Según publicó el Toronto Sun, un veterano de combate en Afganistán fue contactado por un gestor de casos del Departamento de Asuntos de los Veteranos, quien le propuso acogerse a la MAID. El Gobierno había declarado inicialmente que se trataba de un caso aislado, pero voces como la de Mark Meinke, veterano del Ejército canadiense y actual podcaster, desmienten esta versión.
«Durante los últimos años, he entrevistado a tres veteranos diferentes en mi programa que han testificado haber recibido esta propuesta», afirma Meinke, quien subraya que estos testimonios podrían ser solo una muestra de un problema mucho más extendido. Según él, la reacción de quienes han recibido esta oferta ha sido de profunda conmoción y de sensación de traición. «Es una herida moral. Es lo que denominan trauma institucional, cuando el lugar al que acudes en busca de ayuda es el que te traiciona y te causa daño», explica.
La atención que actualmente se presta a los veteranos con trastornos mentales en Canadá, según Meinke, se limita a «terapia conversacional o medicación», con tasas de eficacia muy reducidas. Frente a ello, destaca iniciativas independientes que ofrecen tratamientos innovadores, como el bloqueo del ganglio estrellado combinado con ketamina y psicoterapia, utilizado por miembros de las Fuerzas Especiales canadienses que se desplazan a Chicago para recibirlo.
Meinke insiste en la importancia de fomentar conversaciones abiertas y sin estigmas sobre la salud mental de los veteranos. A pesar de las carencias del sistema oficial, concluye con un mensaje de esperanza: «Los recursos existen. No penséis que no hay salida. No es así».