(ACIPrensa/InfoCatólica) El Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, ha sido galardonado con la Medalla Canterbury 2025, una distinción que otorga el Fondo Becket en reconocimiento a su compromiso constante con la defensa de la libertad religiosa.
Mark Rienzi, presidente de Becket, destacó que el Cardenal Dolan «ha sido una figura destacada en la lucha por la libertad religiosa, no sólo para los católicos, sino para personas de todas las religiones». Añadió también que «el liderazgo del Cardenal Dolan en el ámbito público ha moldeado la conciencia nacional sobre la libertad religiosa y ha fortalecido la determinación de quienes la defienden».
Becket, una organización legal sin fines de lucro dedicada a proteger la libertad religiosa en los tribunales, hizo entrega de la medalla durante su gala anual celebrada en Nueva York. La distinción busca honrar a personas que han demostrado coraje y constancia en la defensa de este derecho fundamental tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo.
Durante su discurso de aceptación —facilitado por Becket a la agencia CNA— el Cardenal Dolan expresó sentirse «agradecido» por el reconocimiento. «Difícilmente merezco este alto reconocimiento», afirmó con humildad. «Sin embargo, admito fácilmente que tienen toda la razón al afirmar que estoy intensamente dedicado a la protección de nuestra ‘primera y más preciada libertad’, la libertad religiosa».
El purpurado evocó el legado de los fundadores de la nación y de quienes emigraron buscando libertad para profesar su fe sin coerción ni persecución. «Ellos y sus padres vinieron aquí precisamente porque estaban frustrados en países donde la religión era impuesta o prohibida, naciones donde se libraban batallas para forzar la convicción religiosa, donde eran perseguidos y acosados por sus creencias», recordó. Y subrayó enfáticamente: «¡Aquí no, insistieron! Este no era el camino que ellos, o, lo que es más importante, Dios, pretendían. Nada es más libre que el asentimiento de fe; nada merece más protección que la libertad religiosa; nada merece mayor protagonismo en nuestra Constitución».
Dolan insistió en que la libertad religiosa no es un añadido cultural, sino una realidad inherente a la dignidad humana. «Nuestra pasión por esta libertad primaria no es sólo porque seamos creyentes o ciudadanos patriotas, sino porque somos personas dotadas de ciertos derechos innatos», explicó.
El reconocimiento se suma a una larga trayectoria de servicio en la Iglesia y en la vida pública. El Cardenal Dolan ha sido presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y ha presidido su Comité de Libertad Religiosa. También ha comparecido ante el Congreso y ha alzado la voz en los medios para defender este derecho fundamental.
Recientemente, fue nombrado miembro de la Comisión de Libertad Religiosa del presidente Donald Trump, que se encargará de elaborar un informe sobre los desafíos actuales a la libertad religiosa y proponer estrategias para su protección legal, así como reafirmar los principios que la sustentan en la tradición estadounidense.
«La libertad religiosa no se trata sólo de proteger lo que ocurre en la iglesia los domingos, se trata de defender el derecho de cada persona a vivir su fe abiertamente, todos los días de la semana», expresó. «Es un don de Dios, no del gobierno, y debe ser protegido para personas de todas las religiones».
La Medalla Canterbury ha sido otorgada en otras ocasiones a figuras religiosas destacadas, como Mons. James Shea, rector de la University of Mary, y el Arzobispo Emérito de Filadelfia, Mons. Charles Chaput. También han sido distinguidos líderes de otras tradiciones religiosas, como Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto y Nobel de la Paz; el rabino ortodoxo Dr. Meir Soloveichik; y el presidente Dallin H. Oaks, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.