(InfoCatólica) El American Principles Project (APP) ha hecho público hoy un exhaustivo informe titulado Exposing Planned Parenthood, en el que se denuncia que la multinacional abortista ha pasado a ocupar el rol de principal proveedor de tratamientos de transición de género para adolescentes y jóvenes adultos en Estados Unidos.
Más centros para cambio de sexo que para abortar
Según el documento, actualmente más del 80 % de las clínicas de Planned Parenthood ofrecen algún tipo de «atención de afirmación de género», frente al 70 % que presta servicios de aborto. Esta expansión ha sido rápida: en 2014, solo 26 centros ofrecían tratamientos hormonales; en la actualidad, la cifra supera los 440 centros. Se estima que al menos 100.000 visitas al año están relacionadas con procedimientos de cambio de sexo, y que 1 de cada 6 jóvenes que accede a hormonas cruzadas lo hace a través de esta red.
Sin evaluación psicológica, sin atención médica
El informe detalla que los pacientes pueden obtener bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y derivaciones para cirugías en su primera visita, a menudo sin evaluaciones psicológicas, sin necesidad de ver a un médico y mediante consultas telefónicas o telemáticas. Se denuncian visitas de apenas media hora, tras las cuales se emiten prescripciones de medicamentos con efectos permanentes.
Numerosos expertos citados en el informe critican estas prácticas. La doctora Laura Edwards-Leeper, cofundadora de la primera clínica pediátrica de identidad de género en el país, afirma: «Siempre he sido una firme defensora de Planned Parenthood, pero han asumido algo para lo que no están capacitados». Por su parte, Erica Anderson, expresidenta de la Asociación Profesional Estadounidense para la Salud Transgénero, señala que los pacientes acuden a Planned Parenthood buscando rapidez, y que eso ha generado una presión sobre el resto del sistema sanitario.
Antiguos empleados
El testimonio de antiguos trabajadores revela también graves carencias. Una empleada relata que en su centro los tratamientos eran autorizados por un encargado sin formación médica, que previamente había trabajado en una cadena de comida rápida. En algunos casos, pacientes con antecedentes de autolesiones, trastornos psicológicos o abuso recibían hormonas sin ninguna derivación a profesionales de salud mental.
El modelo de «consentimiento informado» que aplica la organización permite omitir la evaluación psicológica y confiar en la autodeterminación del paciente. Esta práctica, según detractores citados, convierte los tratamientos en un trámite burocrático y reduce la supervisión médica a un mínimo. Además, el informe denuncia que algunas clínicas administran estos tratamientos a menores sin consentimiento paterno.
Promoción de la transexualidad
Planned Parenthood ha promovido paralelamente programas educativos en centros escolares, bibliotecas y plataformas digitales, incluyendo materiales para preescolares que abordan la identidad de género, el uso de bloqueadores de pubertad y la promoción de una visión de la sexualidad inclusiva con el colectivo LGBT. El informe alerta de que parte de estos programas han sido financiados con fondos públicos.
Los servicios sanitarios convencionales de Planned Parenthood, como pruebas de ITS, anticoncepción, cribados oncológicos o atención prenatal, han disminuido en los últimos años. A pesar de ello, la organización recibió más de 792 millones de dólares en fondos estatales en el último año fiscal, un 62 % más que en 2010.
El documento recuerda que Planned Parenthood ha desplazado su enfoque médico hacia actividades ideológicas y de activismo político. En las últimas elecciones, destinó 40 millones de dólares a campañas electorales. Los autores del informe llaman a revisar el destino de los fondos públicos y a establecer controles más estrictos sobre las prácticas de la entidad.