(InfoCatólica) El sacerdote Pere Montagut Piquet, director espiritual del seminario de Barcelona, ha publicado un artículo titulado «Falso misticismo y abuso espiritual» en el que denuncia una de las formas más insidiosas de manipulación dentro de la Iglesia: el abuso espiritual a través del uso distorsionado de la experiencia mística.
Montagut describe esta realidad como «una herida ignorada o deliberadamente oculta», que resulta especialmente dolorosa por producirse en el corazón de la vida espiritual. En su artículo, subraya que este tipo de abuso se produce, en la mayoría de los casos, entre adultos y es perpetrado por personas con autoridad espiritual que utilizan su posición para imponer una dependencia total sobre sus dirigidos.
El autor se apoya en trabajos como los de Samuel Sueiro y Francisco José Campos-Martínez para contextualizar y fundamentar canónicamente la gravedad de estos actos. Asimismo, recuerda que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe trabaja desde noviembre de 2024 para incluir el falso misticismo en el derecho penal canónico.
El falso misticismo se presenta como una herramienta de seducción espiritual que puede desarrollarse en diversos ámbitos eclesiales: desde conferencias y retiros hasta comunidades o seminarios. Bajo su influencia, el acompañamiento espiritual puede transformarse en una relación de dominio que anula la libertad interior del dirigido. Se trata de un uso ilegítimo de la doctrina y del nombre de Dios para someter conciencias, justificar actos inmorales y desnaturalizar la fe.
Montagut expone testimonios impactantes que revelan cómo algunas víctimas fueron inducidas a actos obscenos o humillantes, bajo supuestas revelaciones espirituales o interpretaciones teológicas desviadas. En muchos casos, los abusados deseaban sinceramente crecer en su vocación o encontrar su lugar en la Iglesia, pero se encontraron atrapados en una relación de dependencia insana.
El artículo concluye con una llamada a la formación y prevención. Montagut plantea preguntas clave para evitar estas situaciones, como la necesidad de discernir entre liderazgo espiritual y manipulación, o la importancia de respetar el espacio interior de libertad de cada creyente. Asimismo, recuerda que la dirección espiritual y otras formas de acompañamiento son mediaciones valiosas que deben ser preservadas en su autenticidad.