Torreciudad: pataleta del obispo de Barbastro, Pérez-Pueyo, que desprecia al Comisario pontificio
Definitivamente el calor no es un gran aliado del obispo de Barbastro y menos en el caso de Torreciudad. Sólo dos veranos ya, pero qué veranos. Lejos queda el brutal golpe a los fieles de la diócesis y de todo el mundo con los decretos de agosto de 2023, mientras sonreía intentaba dar un golpe de estado nombrando un Rector fuera de todo derecho, incluso despreciando la propuesta de la Prelatura del Opus Dei de que eligiese de una terna. No, él era quien imponía. Llegó a decir que el Prelado no tenía jurisdicción. Todo muy sinodal, vamos.
La iniciativa de acuerdos la había tomado la Prelatura un año antes, en 2022, no Pérez-Pueyo que fue quien dinamitó todas las propuestas de acuerdo desde entonces. Amenazó con la vía civil, que le había funcionado con otros casos y que el obispo de Lérida le afeó su empeño de llevarse la Virgen de Zaidín que era venerada por los fieles en una iglesia y encerrarla en el Museo, donde hay que pagar para poder verla.
Alguien le debió aconsejar que el ridículo que iba a hacer era tan espantoso que ni sus medios palmeros iban a poderlo tapar. Había que llevarlo todo por la manipulable vía canónica. De lo que no ha podido, ni va a poder zafarse nunca, es que por dinero haya hecho tanto daño a los fieles. Según algunos medios pedía más de medio millón al año que iban a tener que pagar los peregrinos. Vamos como lo de Zaidín pero con esteroides.
Por aquellos días repetía los lloriqueos y victimismos en la COPE local. Un programa que fue el hazmerreir de los oyentes, no solo se sumaba a los insultos y menosprecios de su responsable de medios, Ascen, es que las afirmaciones y argumentaciones eran increíbles: le paraban por la calle para felicitarle por lo bien que hacía las cosas. ¿Increíble? Pues no, así lo dijo.
Tan confiado estaba que rompió el último acuerdo en el último momento, y tras una visita al Vaticano y taimadamente elevaba el caso a la Santa Sede tras un periplo de unos días.
Entonces, Pérez-Pueyo decía:
El Obispado de Barbastro-Monzón ha puesto en manos de la Santa Sede la solución a las diferencias de criterios con la Prelatura del Opus Dei acerca de la regularización jurídica, canónica y pastoral de Torreciudad.
Creyó que tenía todas las de ganar, y el Papa Francisco nombró un Comisario plenipotenciario, Mons. Alejandro Arellano Cedillo. Entonces….
He escrito esta breve introducción para contextualizar mejor el último comunicado del obispo de Barbastro, de hoy, 1 de julio. Tras una infructuosa labor de pasilleo en el nuevo Vaticano ha decidido no tener ni la decencia de esperar al veredicto del Comisario pontificio, aunque solo fuese por respeto. Y antes de oír la resolución ¡¡ha vuelto a elevar sus peticiones a Roma!! Fue él quien rompió los acuerdos, fue él quien elevó el caso a Roma.
El comunicado es abracadante. Una pataleta que produce vergüenza ajena. Tres puntos. Gracias a Dios al menos ha sido breve.
- En el primero propone que el Santuario sea «Internacional», sujeto a la Santa Sede, para que «el Opus Dei pueda designar así libremente, conforme a derecho, al rector del nuevo santuario». No. El derecho que tiene la Prelatura no está condicionado a que dependa o no de la Santa Sede.
- En el segundo propone que el Santuario «goce de independencia económica respecto de la diócesis de Barbastro-Monzón» ¿De verdad no tiene Pérez-Pueyo nadie que le quiera y le sugiera que no insista? Que el obispo no sepa que las fundaciones y asociaciones en España presentan las auditorías y las cuentas según la ley es preocupante. Mucho. Y genera desconfianza respecto a su gestión. Supongo que no habrá sido su intención, pero que lo revise.
- En el tercero intenta hacerse de nuevo la víctima. Envolverse en santidad ajena. Pide que la Virgen vaya a la ermita y que una pila bautismal que está en Roma vuelva a la catedral. Nada que ver con sus primeras intenciones: nombrar rector, quedarse con la pasta, decidir unilateralmente sobre la línea pastoral, etc…
Quizá lo más cómico sea el final:
Esta propuesta (…) quiere ser de nuevo expresión de una diócesis que no divide, sino que une; que no reclama, sino que ofrece; que no impone, sino que propone con amor lo que ha recibido como don.
La Prelatura ha reaccionado al enéismo comunicado del obispado en la misma línea que ha mantenido desde el principio:
La prelatura del Opus Dei ha tenido conocimiento del comunicado de prensa de la diócesis de Barbastro-Monzón acerca de su propuesta en torno a Torreciudad.
Como es conocido, el 9 de octubre de 2024 la Santa Sede nombró a Mons. Alejandro Arellano comisario pontificio plenipotenciario para estudiar esta cuestión. A lo largo de estos meses nos hemos puesto a su total disposición para todo lo que ha requerido y estamos a la espera de su resolución.
El comunicado completo de Pérez-Pueyo
A lo largo de este tiempo, esta Diócesis de Barbastro-Monzón se ha conducido dentro de la fidelidad primero al mandato del Papa Francisco de preservar la piedad popular y el espíritu de comunión de todas las instituciones con la iglesia local, y ahora al Papa León.
Acorde a la historia de nuestra diócesis, bañada por la sangre de tantos mártires, y a un pueblo pequeño y humilde, pero conocedor de las caricias de Dios a lo largo de su territorio, hemos trasladado a la Santa Sede la siguiente propuesta en torno al complejo de Torreciudad:
1. Que Torreciudad, actualmente oratorio semipúblico, sea reconocido y erigido canónicamente como Santuario Internacional, bajo la dependencia directa de la Santa Sede. Deseamos así que puedan hacerse realidad las aspiraciones de la Prelatura del Opus Dei de impulsar la Ruta de San Josemaría y la Ruta Mariana Internacional, proponiendo que:
* La Santa Sede, como autoridad competente, sea la responsable e interlocutora natural (constituyéndose como un ámbito extraterritorial).
* El Opus Dei pueda designar así libremente, conforme a derecho, al rector del nuevo santuario.
2. Que el nuevo santuario internacional goce de independencia económica respecto de la diócesis de Barbastro-Monzón y, como dependiente de la Santa Sede, sea esta quien audite y apruebe sus cuentas, así como las de las sociedades y fundaciones en torno al complejo, renunciando la diócesis a cualquier beneficio o remuneración por parte de ellas, así como de cualquier responsabilidad patrimonial o de otro tipo que pueda surgir del origen o del devenir de los fondos recaudados y de las estructuras societarias creadas para canalizarlos.
3. Que la imagen original de la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad y la primitiva pila bautismal de la catedral de la Diócesis de Barbastro –trasladada a la Casa General de la Prelatura en Roma–, donde fueron bautizados tantos mártires de nuestra Diócesis se devuelvan a sus lugares originales donde han sido venerados desde tiempos inmemoriales.
* En el caso de la Virgen a su ermita-santuario, donde ha sido venerada desde hace más de mil años por los diocesanos, que a lo largo de la historia la han protegido incluso a costa de su propia vida en tiempos de persecución y guerra. Dentro de esa arraigada devoción popular, los mismos padres de San Josemaría lo llevaron de pequeño a visitar a la Virgen en su ermita-santuario original para pedir su curación. Se veneraría, como es praxis habitual en otros santuarios, a la Virgen en su localización original, y se situaría una copia fiel en el nuevo santuario.
* Respecto a la pila bautismal, donde fueron bautizados tantos de nuestros mártires hoy en proceso de beatificación, que sea restituida a la Iglesia Catedral, en la capilla del Pantocrátor. Así los fieles de esta Diócesis podrán seguir llevando a sus hijos a recibir en esa pila el sacramento del bautismo, como lo hicieron en dicha localización y pila los propios padres de san Josemaría.
* Estas restituciones a los lugares originales, además de ser un elemento de justicia hacia el pueblo fiel y comunión entre la Prelatura del Opus Dei y la iglesia local, enriquecerán la Ruta de San Josemaría en Barbastro (compuesta por el templo de San Josemaría, el Centro Entre Arcos, la Casa de San Josemaría, la catedral, la ermita y santuario de Torreciudad).
Esta propuesta, elevada al discernimiento del Santo Padre León XIV, quiere ser de nuevo expresión de una diócesis que no divide, sino que une; que no reclama, sino que ofrece; que no impone, sino que propone con amor lo que ha recibido como don. Solo desde la comunión y la entrega gratuita podrá seguir fructificando el legado espiritual de tantos mártires y santos como San Josemaría: un legado que, desde Barbastro, sigue irradiando luz al mundo.
21 comentarios
¡Qué pena de gobernanza episcopal la que se ofrece hoy!
Parece que la frase de Tertuliano «la sangre de los mártires son semilla de nuevos cristianos» parece que no es extensible a los obispos...
Oremos, oremos, oremos...
¿No ves que necesita el dinero para poder mantener a los seminaristas de su diócesis? Ah, no, espera: que no tiene ninguno. Y que en los últimos 10 años sólo se han ordenado 2.
Bueno, alguna razón tendrá: quizás erigir un geriátrico para su clero diocesano, que supera los 65 años de media de edad.
Quién sabe: sólo él. Y como no habla claro, hay que seguir dándole el beneficio de la duda.
Lo llamativo no es ya el contenido de la propuesta —que vuelve sobre ideas que ya se debatieron, discutieron y descartaron—, sino el momento. ¿De verdad había tanta urgencia como para saltarse el pequeño detalle de esperar la resolución del Comisario pontificio? Si has pedido tú el árbitro, lo mínimo es dejarle pitar antes de volver a mover las fichas.
Eso sí, todo envuelto en un lenguaje edulcorado, casi poético, que habla de unidad, de don y de amor... después de dos años de imposiciones, desencuentros y amenazas de ir por lo civil. Es como romperle el jarrón a alguien y luego escribirle una tarjeta de cumpleaños.
Al final, la Prelatura sigue haciendo lo que ha hecho desde el principio: mantenerse serena, colaborar con lo que se le pide y no entrar al trapo. Y eso, a estas alturas, dice mucho.
Y si somos un cuerpo, ¿a qué viene esta competitividad entre la Diócesis y la Obra por unos cuantos ladrillos y unas hectáreas de terreno?
Ah, el dinerito... es eso ¿verdad?
"Mirad cómo se aman"...
No se ha dado cuenta Pueyo que tuvo su momento y que ahora son otros momentos... pero claro, que pasara su momento le ha debido sentar mal con lo que busca esputar bilis por algún lado...
Al menos esto pone en la guía de la Iglesia Prelaticia en Roma: https://opusdei.media/santa-maria-de-la-paz
"Quizá lo más cómico sea el final:
Esta propuesta (…) quiere ser de nuevo expresión de una diócesis que no divide, sino que une; que no reclama, sino que ofrece; que no impone, sino que propone con amor lo que ha recibido como don."
Pero a fuerza de repetir una y otra vez mensajes con tanta "cursilada" dejan de ser cómicos para convertirse en patéticos.
¡Qué bonito! Estoy conmovida. Ahora que empiezan a secarse las lágrimas de mi emoción, puedo compartir el don recibido.
Me parece profundamente injusto y abusivo que llegue un obispo con traumas de niñez en contra del Opus y pretenda secuestrar una labor tan bella y que se ha mantenido por el trabajo y promoción constante de los miembros de la obra.
No quiero pensar que este desmedido afán de despojar al Opus tenga que ver con ambiciones de poder, ideológicas y/o económicas. Ojalá que una obra tan meritoria en honor de Nuestra Señora (esto es lo realmente esencial) no termine hecha trizas y deshonrada por el egoísmo de una autoridad inconsciente que debe ser ejemplo de generosidad y humildad, no de prepotencia.
En cuanto a la pila bautismal de la catedral de Barbastro, de noble y hermosa factura, es uno de los objetos artísticos descritos en el Liber de Gestis del Cabildo, año de 1635 |# 7|. De muy poco le valieron, sin embargo, antigüedad y belleza. En 1936, al pasar por allí la furia iconoclasta, fue quebrada en varios pedazos y arrojada al río. En esa pila habían recibido las aguas del bautismo millares de cristianos, entre ellos la madre de Josemaría. En aquella pila de la catedral vio de niño bautizar a sus hermanitas más pequeñas. Sus restos eran dignos de respetuosa consideración. De modo que, cuando en 1957 el Obispo y el Cabildo catedralicio le regalaron los fragmentos salvados de la destrucción, mandó enviarlos a Roma para recomponerlos y darles un puesto honroso:
Acaban de llegar a Roma —escribirá en 1959— los restos de la fuente bautismal de la Catedral de Barbastro, que Vuestra Excelencia y el Excelentísimo Cabildo han tenido a bien regalar al Opus Dei, y no puedo dejar de agradecer al Señor Obispo —como lo haré también directamente al Cabildo— esa delicadeza, que tanto me ha conmovido.
Esas piedras venerables de nuestra Santa Iglesia Catedral, bien restauradas aquí en Italia por estos hijos míos, ocuparán un puesto de honor en la Casa Generalicia.
Hay que dejar trabajar en libertad a Mons. Arellano, el cual, finalmente tendría que entregar al Papa un concienzudo examen de lo que ocurre en Torreciudad. Y entonces aceptar lo que el Papa determine.
Ni siquiera se ha esperado al informe del comisario pontificio.
Esto lo hace el Pueyo para machacar al Opus. Los odia. Es curioso este odio desde dentro de la Iglesia. El Opus no sera perfecto, pero lo que ha hecho con Torreciudad, el tiempo en el que lo ha hecho y demas es admirable. Ha creado un santuario de referencia para escaparse a rezar en un entorno que podemos decir de peregrinación, con misas y liturgia muy cuidadas. No hace falta ser del Opus para disfrutar de un tiempo de recoimiento y oración, fomentado por un entorno favorable.
Da la impresión de que al Pueyo, se la bufa todo, incluso la Virgen, y lo digo sin la mas minima ironía. Le puede su odio. Mi impresión es que en su fuero interno aunque disimula Pueyo es muy consciente de sus limitaciones y de que el cargo no es que le venga grande, es que nunca debió de haber sido nombrado obispo. Por eso no le importa mentir y tratar de hacer daño aunque eso suponga perjudicar una muy buena devoción masiva a la Virgen, en este caso de Torreciudad.
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